La Cámara de Representantes de Misiones aprobó una ley que prohíbe el uso del glifosato y otros agroquímicos en un plazo de dos años, al mismo tiempo que fomenta la producción de bioinsumos.
La nueva norma, que entrará en vigencia en 2025, establece la prohibición total del herbicida, sus componentes y productos relacionados en toda la provincia. La medida busca impulsar un cambio cultural en los sistemas productivos hacia prácticas más sostenibles y amigables con el medio ambiente.
El cuerpo del proyecto contempla además la conformación del marco regulatorio para la investigación, desarrollo, producción, procesamiento, registro, comercialización y utilización de productos biológicos naturales.
La ley plantea siete objetivos
- Generar líneas de trabajo colaborativas a los efectos de promover el desarrollo de insumos biológicos
- Optimizar los procesos de elaboración de los productos utilizando métodos de purificación totalmente orgánicos.
- Promover planes de acción para el adecuado manejo del riego agropecuario y la eficiencia del uso del agua.
- Diseñar y ejecutar acciones tendientes al crecimiento y desarrollo sustentable de los cultivos en la provincia.
- Incentivar al desarrollo de nuevos procesos tecnológicos para la producción de bioinsumos a los fines de impulsar su utilización como herramienta primordial en el territorio.
- Enfatizar el empleo de técnicas relacionadas con el reciclaje de materiales orgánicos para mejorar la fertilidad del suelo, el control biológico de plagas y enfermedades, utilizando semillas provenientes de sistemas de producción orgánica
- Difundir los beneficios y la importancia de la utilización de bioinsumos
Glifosato: el herbicida por el que Bayer tuvo que pagar US$11.000 millones en demandas
La empresa farmacéutica Bayer pagó hace pocas semanas US$11.000 millones por una demanda sobre su herbicida ante la posibilidad de que cause cáncer. El producto en cuestión es el glifosato, objeto de unas 125.000 demandas anuales por los supuestos efectos cancerígenos.
¿Qué es el glifosato?
El glifosato se usa en agricultura para el control de la maleza en áreas industriales. Su efecto sobre las plantas no es selectivo, lo que significa que mata a la mayoría de ellas cuando se aplica. Los agricultores lo rocían en los campos antes de que sus cultivos broten en primavera. Así no tienen que competir con las malezas de los alrededores.
Algunos también lo usan como un tratamiento previo a la cosecha, porque seca los cultivos y facilita la recolección. Hay cultivos, como la soja, que han sido genéticamente modificados para resistir al glifosato.
¿Qué efectos puede tener sobre la salud?
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud concluyó en 2015 que la substancia es "probablemente carcinógena para los humanos".
Sin embargo, un informe conjunto de la OMS y la ONU de 2016 determinó que, si bien algunas investigaciones sugerían "alguna evidencia de una asociación positiva entre la exposición al glifosato y el riesgo de linfoma no Hodgkin", el único estudio grande de alta calidad encontrado "no mostró evidencia de una asociación en cualquier nivel de exposición".
A pesar de esto, la Justicia emitió en 2018 el primer fallo vinculando al glifosato con el cáncer. En este dictamen, el tribunal de California le otorgó a los demandantes una sustancial compensación.
Entre los litigantes se encontraba Dewayne Johnson, quien padecía un cáncer terminal diagnosticado en 2014. El jardinero utilizó decenas de veces herbicidas con glifosato de las marcas RangerPro y Roundup, comercializadas por Monsanto en EE.UU.
El jurado de California determinó que los herbicidas de Monsanto contribuyeron "sustancialmente" a la enfermedad terminal de Johnson.
Bayer, que compró Monsanto hace dos años por US$63.000 millones, niega que el glifosato sea cancerígeno, pero dijo que pagaría la suma para acabar con la "incertidumbre".